Ahora Michael Schumacher puede cruzar como un rayo las curvas súper cerradas, gritar a gusto en las rectas y ocupar su ya desgastado puesto en el podio del triunfador, incluso cuando está sentado en los pits. Por primera vez, estos velocísimos y elegantes autos de F1 corren oficialmente por Game Boy Advance, en un juego tan rápido que te dejará sin aliento. Para ser una representación tan diminuta de este deporte, a F1 2002 no le faltan funciones. Elige uno de los 11 equipos, 22 pilotos, y 17 circuitos oficiales, desde Indianápolis hasta Silverstone, y después sumérgete en todo un mundo de opciones, como la fuerza de adherencia, la eficacia de frenado y la cantidad de combustible que vas a llevar en la carrera. Los mapas previos a la carrera - directos, claros, oficiales - te informarán de las marchas y la velocidad que necesitas para cada curva, y los charcos de goma quemada, reproducidos con gran realismo, indicarán claramente la línea de carrera. No se trata de quedarse absorto pisando el acelerador una tarde de domingo. Como todo juego de F1 que se precie, si intentas conducir con el dedo pegado al Botón A, verás decepcionado cómo el coche de tus sueños sale disparado en las curvas como si de un huracán se tratara. Para evitarlo, tienes que usar los frenos con inteligencia, y no hay nada mejor en el mundo de las carreras que acabar una vuelta cogiendo todas las curvas con la línea correcta, calculando la velocidad a la perfección para doblar cada esquina sin que el neumático roce la pared. En rectas largas, como las de salida y llegada en Barcelona, no hay nada más emocionante que meter la séptima marcha y ver cómo el indicador de velocidad de F1 2002 llega a 316 km/h. En realidad, todo es absolutamente fabuloso. Los coches han sido diseñados con un inteligente "pseudo-3D", con el que apenas se percibe la falta de la tercera dimensión (sobre todo cuando estás peleando a empujones con otros diez vehículos en una pista donde sólo caben dos). El escenario reproduce claramente los paisajes de la vida real, el esplendor de las cimas de Mónaco, los pintorescos parques de Melbourne, y se complementan con sonidos de fondo tan reales como la vida misma: el rugir de estos motores de última generación es tan perfecto como el estremecedor crujido de la goma del neumático sobre la gravilla al patinar por la pista. El primer juego oficial de F1 para Game Boy Advance es también uno de los mejores juegos de carreras portátiles y oficiales de la historia.
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