Swords & Soldiers

Modos de juego

Modo Campaña

En el modo Campaña cada facción tiene 10 misiones únicas que cumplir en su afán por dominar el mundo. Las primeras misiones te servirán para familiarizarte con la dinámica de juego y aprender las nociones básicas sobre cómo jugar a Swords & Soldiers; ¡así estarás preparado para los conflictos de proporciones épicas que te aguardan en las misiones posteriores!

A medida que progresas en las misiones del modo Campaña, tendrás la oportunidad de alcanzar los 25 logros predeterminados del juego. Si los cumples todos obtendrás una recompensa especial. Merecerá la pena jugar hasta dominar por completo cada una de las misiones.

Modo Escaramuza

Comparte la emoción del combate en Swords & Soldiers con un amigo enfrentándoos en el modo Escaramuza. Formar a ambos extremos del campo de batalla y prepararse para la embestida adquiere un nuevo significado cuando uno se juega la victoria con el compañero que está sentado justo al lado.

Antes de comenzar el enfrentamiento en pantalla dividida podrás fijar una serie de parámetros que determinarán la estrategia más propicia. Escoge el tamaño y el diseño del mapa en el que quieres combatir, decide con cuánto oro y maná comenzaréis tanto tu enemigo como tú y establece el hándicap de ambos jugadores para nivelar la contienda. También podrás disfrutar del modo Escaramuza contra un enemigo controlado por la consola, si bien te perderás la grata satisfacción de borrarle la sonrisa a tu oponente.

Modo Retos

El modo Retos te invita a poner a prueba tus dotes para la estrategia de una forma un tanto especial: deberás afrontar tres retos que le darán una nueva vuelta de tuerca a partes concretas del modo Campaña.

Comprueba cuán lejos puedes llegar con una sola unidad en "¡Enloquecido!", defiende tu territorio como gato panza arriba en "Supervivencia" o derriba a tus enemigos en "Roca".El camino del éxito en cada reto puede diferir, pero el objetivo sigue siendo el mismo: ¡conseguir la puntuación más alta posible!

Unidades y hechizos

Sea cual sea el modo de juego, hay dos elementos principales con los que tendrás que familiarizarte para poder cantar victoria: las unidades y los hechizos. Estos influyen en toda ofensiva desplegada por cualquier facción. Por lo tanto, ¡será mejor que aprendas a usarlos antes de que el enemigo invada tu territorio!

Unidades

Todo ejército necesita tropas y armamento, y en Swords & Soldiers tendrás que hacer buen uso de ambas cosas para salir victorioso. Huelga decir que mantener una campaña militar no te va a salir precisamente gratis, así que deberás empezar por recaudar fondos. Obtendrás una unidad destinada a la creación de riqueza, pero tendrás que crear más para sufragar un ejército como Dios manda. Una vez que nades en la abundancia, bastará con apuntar al icono del tipo de unidad que desees crear y pulsar el Botón A del mando de Wii para gestarla.

Las unidades más débiles se crean rápidamente, por lo que estarán disponibles de inmediato, pero no aguantarán mucho por sí solas en el frente. En determinados niveles o modos de juego en Campaña tendrás a tu disposición soldados y armas más potentes, pero eso tiene un precio. No importa qué proporciones tenga tu ejército, la clave de la victoria radicará en sopesar las características de la misión que vas a afrontar y elegir la unidad adecuada en el momento adecuado.

Hechizos

Si las unidades representan a tu infantería, los hechizos son un regalo divino que puede cambiar el curso de la batalla y aniquilar las fuerzas invasoras. Al igual que con las unidades, los hechizos tienen su coste. Sin embargo, en este caso tendrás que gastar el maná generado automáticamente para añadirlos a tu arsenal. Los hechizos pueden ser ofensivos y defensivos, esto es, podrás apuntar con el mando de Wii a una de tus propias unidades y pulsar el Botón A para equiparlas con un escudo o descargar tu cólera sobre los enemigos: quizás lanzándoles una descarga de flechas incendiarias, o abriendo el cielo para liberar un rayo preciso.

La única forma de superar los numerosos desafíos que te aguardan en el campo de batalla es asegurarte de usar tus hechizos en el momento adecuado para proteger a tus fuerzas o masacrar a tus enemigos.

Las facciones

Los pueblos vikingos, aztecas y chinos tienen su propio hueco en la historia de nuestro planeta, con una cultura variada, rica y fascinante en definitiva. En Swords & Soldiers no encontrarás nada de eso, sino que te toparás con facciones enzarzándose por el control de barbacoas, pimientos gigantes y una búsqueda incesante de nuevos juguetes en ambientes de lo más colorido repartidos por todo el mundo.

También deberás despejar cualquier conflicto de lealtad y asumir el control de una de las tres facciones beligerantes. Cada una de ellas cuenta con un equipo completo de unidades exclusivas y potentes hechizos, además de sus buenos motivos para alzarse en pie de guerra.

Elige una facción para conocer a fondo las unidades y hechizos de las que dispone.

Vikingos

Los intrépidos vikingos nunca han rehusado el combate. De hecho, su beligerancia solo es tal vez comparable a su inquebrantable devoción por la barbacoa. Saber que sus rivales aztecas poseen algunas de las verduras más picantes y de mayor tamaño del mundo es algo demasiado tentador como para pasar desapercibido.

Enloquecido
Conforman la primera y última línea defensiva en cualquier grupo de asalto vikingo. Estos guerreros avezados en la lucha muestran la brutalidad por la que se caracterizan los clanes vikingos; nada les gusta más que lanzarse a la ofensiva con sus enormes hachas.

Lanzahachas
La mayoría de los vikingos se decantan por el cuerpo a cuerpo, pero los lanzahachas infligen daño desde la distancia. Han aprendido la técnica gracias a las incursiones malogradas de los lanzapiedras celtas.

Catapulta
En el arte de la guerra vikingo, la catapulta siempre ha sido algo esencial. Las bolas pesadas de hielo que lanza tanto a estructuras como a enemigos causan verdaderos estragos.

Rayo
Allá en las alturas, el dios Thor reina en las tierras nevadas del norte. Siempre está encantado de echar una mano a su facción favorita y es capaz de lanzar una descarga de tres millones de voltios sobre cualquier enemigo duro de pelar.

Tormenta de nieve
Como recompensa por aguantar el eterno invierno de su patria, la diosa de la nieve, Skadi, ofrece a los caudillos vikingos más fuertes el poder de invocar sus potentes ventiscas en cualquier lugar que deseen. Si apuntas con precisión, los enemigos se quedarán en el sitio y llegarán incluso a detener el avance de ejércitos al completo.

Curación
Los guerreros vikingos luchan envalentonados en el campo de batalla con el convencimiento de que al final de sus días se dirigirán a Valhalla. En algunas ocasiones extraordinarias, los guerreros vikingos pueden sentir incluso cómo el brillo curativo de la luz de Valhalla los revive durante la batalla.

¡Domina el poder de estos y otros hechizos para conducir a tu ejército hasta la victoria!

Aztecas

Residen habitualmente en selvas tan recónditas como peligrosas y se les conoce principalmente por sus dotes para la agricultura, lo cual no quiere decir que no vayan a presentar batalla. De hecho, su aptitud para la caza les ha servido como preparación para el combate cuerpo a cuerpo, mientras que su dominio de los poderes ocultos los convierte en un enemigo digno de tener en cuenta.

Guerrero jaguar
Ataviados con sus pieles de jaguar, estos guerreros esperan hacer justicia a su aspecto en el campo de batalla. Pueden lanzarse de un salto felino a la ofensiva y siempre golpean primero.

Nigromante
En los húmedos sótanos de los templos dorados, los nigromantes han adquirido el poder de aumentar el potencial de los soldados aztecas. Emplean sus capacidades en el campo de batalla para revivir a los muertos y enviar un ejército de esqueletos a sus adversarios.

Lanzadardos
Además de los millares de criaturas salvajes que vagan a su antojo, una de las cosas con las que conviene tener cuidado al aventurarse en una selva azteca son las emboscadas de los lanzadardos. Estos viajan en grupos y disparan dardos envenenados que absorben poco a poco la fuerza vital de su víctima.

Jaulas trampa
Aprovechando la destreza para la caza de los aztecas, las jaulas trampa han sido diseñadas para reducir incluso al guerrero espadachín más aterrador en un mero animal enjaulado.

Bomba venenosa
Tras lanzarla desde la distancia en el campo de batalla, se hace añicos al impactar y libera vapores tóxicos que flotan por el aire y provocan la defunción paulatina de los enemigos que tengan la desdicha de encontrarse cerca.

Controlamentes
Basta con mirar fijamente a los ojos de un nigromante para que la mayoría de la gente se vuelva tarumba. Incluso el más resuelto y decidido de los soldados se volverá contra sus camaradas al caer víctima del hechizo controlamentes.

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Chinos

Sus expertos espadachines, los monos ninja con capacidad para teletransportarse y un grupo de guerreros equipados con cohetes convierten a la facción china en una fuerza aterradora. No les mueve el orgullo patrio ni las ansias expansionistas, lo único que le importa al emperador chino es hacerse por la fuerza con nuevos juguetitos con los que entretenerse.

Espadachín
Los espadachines chinos no solo son capaces de infligir daño con su arma predilecta, sino que en ocasiones también pueden desviar proyectiles enemigos hacia el propio lanzador: un peligro por partida doble.

Lanzacohetes
Atarte un montón de pólvora a las espaldas no parece en principio una gran idea, pero los lanzacohetes harán lo indecible por satisfacer el insaciable anhelo de nuevos juguetes del emperador. Además de constituir una opción ofensiva de larga distancia, pueden infligir daño antes de exhalar su último suspiro despidiéndose de una forma explosiva.

Mono ninja
Los sigilosos monos ninja son expertos en infiltrarse en las líneas enemigas gracias a su capacidad para teletransportarse. En un determinado momento pueden estar lanzando explosivos a los enemigos invasores y al instante encontrarse a sus espaldas, de camino a su próximo objetivo.

Lluvia de flechas
Siempre llueve sobre mojado. Si estás luchando contra los chinos, más te vale rezar para que el cielo no se abra. Si lo hace, es muy probable que empiecen a lloverte flechas incendiarias.

Escudo mágico
El poder de otorgar una invencibilidad efímera a cualquier unidad puede hacerte ganar unos preciosos segundos en el fragor de la batalla. El escudo mágico ha protegido a un gran número de bizarros guerreros chinos el tiempo suficiente como para asestar el golpe mortal en el combate cuerpo a cuerpo.

Yin Yang
Cuando el hechizo yin yang se lance sobre una unidad, los enemigos pensarán que están viendo doble. Al duplicar una unidad, las facciones enemigas tendrán que lidiar con dos problemas por el precio de uno.

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Entrevista

He aquí la primera parte de nuestra entrevista a Ronimo, los desarrolladores de Swords & Soldiers para WiiWare. ¡Sintoniza el Canal Nintendo de tu consola Wii para ver el resto!

Consejos generales

Conformar un ejército como Dios manda en Swords & Soldiers no es para nada coser y cantar. Crear unidades tiene su coste, y mejorar las mismas puede resultar incluso más caro que el propio proceso de creación. Con todo, será difícil oponerse a tu desmedido afán por coronar la escala de mejoras disponibles lo más rápido posible, para hacerte con las unidades y hechizos más potentes.

En muchos otros juegos de estrategia, adquirir la unidad más poderosa es casi sinónimo de victoria. Sin embargo, ese no es el caso de Swords & Soldiers. Tendrás que encontrar el equilibrio entre tu propio crecimiento económico y tus esfuerzos por presionar con ahínco al enemigo, especialmente en el trepidante modo multijugador. Curiosamente, si tratas de conseguir la unidad más potente demasiado pronto tienes todas las de perder. Esto se debe a que, en las circunstancias adecuadas, todas las unidades iniciales pueden ser igual de poderosas que las situadas en la cima de la escala de mejoras.

Teniendo esto presente, es de cajón que sacar el máximo provecho de las unidades ya disponibles tiene una importancia fundamental. Quizá te convenga conseguir mejoras básicas al principio, mientras envías al frente a tus tropas de menor nivel lo antes posible. Esto mantendrá distraído al enemigo, a la vez que te permite llevar a cabo tu expansión. Otra gran idea consiste en centrarse en un solo tipo de unidad para empezar, y añadirle un hechizo de apoyo para compensar sus puntos débiles. Por poner un ejemplo práctico, los Lanzadardos son idóneos como unidad inicial, pero resultan muy vulnerables ante los Enloquecidos. Sin embargo, si los combinas con el hechizo Jaulas trampa podrás atrapar a cualquier Enloquecido que arremeta contra ti, entonces los Lanzadardos lo tendrán chupado para liquidarlos sin el menor rasguño.

Otro aspecto digno de tener en cuenta radica en la importancia de saber cuándo lanzar la ofensiva contra la base enemiga, ya que tu avance se verá mermado en cuanto empieces a enzarzarte con los trabajadores del bando enemigo. Corres el riesgo de que aprovechen esta ocasión para reforzarse obteniendo más unidades de combate y salir en tropel con más fuerza que nunca, especialmente si el enemigo cuenta con la posibilidad de crear unidades para el combate a larga distancia al resguardo de los trabajadores. En cuanto se vea a las claras que no vas a poder realizar la incursión a la primera, deberías pensar en aminorar  la producción y empezar a ahorrar para esas mejoras, o conseguir más trabajadores. Otra opción es erigir una torre que te ofrezca seguridad adicional cuando el enemigo frustre tu primera ofensiva.

Huelga decir que puedes usar este efecto de aminoración en tu propio beneficio, especialmente contra las unidades heterogéneas. De nuevo con los Lanzadardos como ejemplo, deja que el enemigo se acerque y alcance a tus trabajadores. En cuanto les ataquen, crea tantos Lanzadardos como puedas. Comenzarán a formar un grupo mientras el enemigo se desespera tratando de avanzar a través de los trabajadores para infligir daño a tus Lanzadardos. Si el grupo alcanza las 4 o 5 unidades, serán lo suficientemente fuertes como para derrotar a cualquier unidad heterogénea antes de ser alcanzados. Esto te permitirá lanzar la ofensiva sin moros en la costa, obligando asimismo al enemigo a contrarrestar este grupo antes de que pueda alcanzar su base. Ten en cuenta que, si el enemigo se las ingenia para matar a alguno de tus trabajadores, esto supondrá un serio contratiempo. Decidir si vale la pena es cosa tuya.

Cómo hacer morder el polvo a un gigante

Todo el mundo recuerda su primer encuentro con el Gigante solar azteca. Antaño mortales, el poder de la magia los ha dotado de una fuerza increíble. Es la misma magia que hace posible las anormalmente enormes verduras de los aztecas. Estos monstruos, ataviados con sus aterradoras máscaras solares, descollan sobre los demás en el campo de batalla y tienen el poder de aplastar ejércitos íntegros de un plumazo, razón por la que parecen prácticamente invencibles a los ojos de los novatos. Pero no temáis; todo enemigo tiene su punto débil, al igual que toda facción tiene su propia forma de lidiar con esta seria amenaza.

El primer paso para enfrentarse a un Gigante es asegurarse de contar con unidades para el combate a larga distancia entre tus filas. Si no es el caso, consigue la mejora pertinente de tu facción para hacerte con ellas. Esto es esencial por el mero hecho de que el Gigante es increíblemente lento, y las unidades de combate a larga distancia pueden infligirle daño antes de que este llegue a alcanzarlas. Por otra parte, su gran resistencia lo convierte en un objetivo idóneo sobre el que concentrar a dichas unidades. Una vez que empieces a crearlas, conformarán un grupo alrededor del Gigante. De modo que, una vez que lo hayas tumbado, tendrás a tu disposición un grupo de unidades para el combate a larga distancia que será increíblemente poderoso.

También deberías hacer todo lo posible por retener aún más al Gigante mientras las unidades mencionadas cumplen su cometido. Mete a unidades heterogéneas entre las unidades para el combate a larga distancia y el Gigante para hacer que esa mole patosa se ponga a atacarles. Aunque será pan comido para el Gigante aplastarlas, le hará perder mucho tiempo, y esto permitirá a tus unidades de largo alcance darle duro. Es más, con el hechizo vikingo Curación o el Escudo Mágico chino puedes mantener viva a esa tropa durante la arremetida del Gigante. Otras formas de ralentizar a un Gigante son hechizos como la Bomba venenosa, la Tormenta de nieve o las Jaulas trampa.

Los vikingos también tienen una forma más sofisticada de derrotar a los Gigantes: el hechizo Furia. Si lo usas en conjunción con la potente unidad Martillosescarcha, es posible que dejes helado al Gigante. He aquí cómo: las unidades Martillosescarcha golpean a los enemigos con un martillo descomunal que los deja congelados. Pero si lo envías a un Gigante, este le ganará por la mano... a no ser que pongas en práctica el hechizo Furia. Al usarlo en un Martillosescarcha que se encuentre cerca de un Gigante acechante, ambos golpearán al mismo tiempo.

No cabe duda de que el Martillosescarcha recibirá una buena tunda, pero el Gigante también se llevará su parte y, lo que es más importante, se quedará congelado por unos momentos. Ese es precisamente el momento que pueden aprovechar tus unidades de larga distancia para infligirle un daño de aúpa. Una táctica aún más sofisticada consiste en lanzar el hechizo Furia sobre un Martillosescarcha cuando el Gigante se esté preparando para golpear de nuevo. Esta táctica solo ofrece un pequeño resquicio, pero si mides bien los tiempos tendrás ante tus narices un Gigante bien fresquito durante otros instantes; ¡y todo esto sin sufrir el menor rasguño!

Claro está, los que jueguen con el bando azteca pueden emplear otros métodos para que su Gigante sea capaz de contrarrestar estas tácticas, como por ejemplo envenenar a grupos de unidades enemigas de larga distancia, poner a la unidad frontal de este grupo en Jaulas trampa o tener a mano un Nigromante. Los Esqueletos generados por estos Nigromantes son el escudo ideal para las nubes de Furia rivales.

No importa en qué bando estés, tan solo recuerda que cualquier enemigo o estrategia tiene su punto débil. ¡Solo tienes que encontrarlo!