En el primer experimento, expuse el gominol a las llamas. No esperaba resultado alguno porque la energía espectral jamás había reaccionado al fuego, ¡pero me equivocaba de medio a medio! No solo se produjo una reacción con el gominol, sino que la sustancia se licuó completamente. Obviamente, ese comportamiento denota vulnerabilidad al calor.
Lógicamente, el segundo experimento fue con agua. Esperaba una reacción totalmente distinta, pero, para mi sorpresa, el agua provocó que el gominol también se derritiera, lo que apunta a que es vulnerable a ese líquido. No obstante, esta vez noté un comportamiento distinto...
Para mi sorpresa, la muestra del gominol que no había estado en contacto con el agua y que por consiguiente no se derritió… ¡se apartó de inmediato del agua!
El gominol también ha mostrado otra serie de características de lo más inusual. Por un lado, ofrece resistencia ante golpes o pinchazos. Por otro, se acerca a fuentes de sonido cercanas, lo que indica que posee cierto grado de audición. En mi opinión, ¡el gominol reacciona de forma inteligente a los estímulos externos! ¡Jamás había visto algo así!
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