Tras haber logrado dotar a Gomiluigi de maleabilidad, pasé a concentrarme en solventar sus puntos débiles. Al ser vulnerable al fuego y al agua, Gomiluigi distaba mucho de ser perfecto…
Para empezar, intenté debilitar la estructura molecular del gominol, lo cual resultó en una versión prácticamente líquida. Hipotéticamente, el gominol líquido podría extinguir el fuego, pero en la práctica no funcionó. Aunque el gominol conservó la mayoría de sus propiedades al volverse casi fluido, se derretía igualmente al entrar en contacto con las llamas.
A continuación, decidí reforzar la estructura molecular del gominol. No había hecho más que iniciar el experimento cuando sucedió algo de lo más inusitado.
Justo al verter el gominol más rígido, ¡el maldito Ectochucho se abalanzó sobre mí, y el compuesto se me escapó de las manos y acabó aterrizando en mi cabeza! Antes de que pudiera hacer nada, la nueva mezcla de gominol comenzó a caerme por el cuerpo y a endurecerse de inmediato.
¡Menudo desastre! El gominol era demasiado rígido como para quitármelo de encima y, conforme se endurecía sobre mis ojos, nariz y boca, me resultaba más y más difícil respirar.
Presa del pánico, ¡salí corriendo de la sala!
Cada vez me costaba más respirar, y el mundo se oscurecía a mi alrededor...
Más tarde, me desperté en el plato de la ducha. No recuerdo qué ocurrió, pero debí de alcanzar la ducha y abrir el agua para lavarme el gominol. De no ser por su vulnerabilidad al agua, ¡el gominol podría haber sido mi último descubrimiento!
¡Pero ni siquiera el haberme enfrentado a la muerte podría detener mi creatividad! Realicé numerosos ensayos (extremando precauciones), pero no encontré forma alguna de eliminar los puntos débiles del gominol. Esto me lleva a pensar que el propio proceso de transformación de energía espectral genera de algún modo estas deficiencias.
Con gran pesar, tuve que aceptar que ni con mi gran inteligencia era capaz de dar con la clave para eliminarlas. Es una lástima, pero estas cosas pasan.
¡Afortunadamente, tengo el don de hacer leña del árbol caído! Gracias a los experimentos en los que modifiqué la rigidez del gominol, logré mejorar la viscosidad de Gomiluigi. Su capacidad de pasar por espacios estrechos es por supuesto una gran ventaja, pero, si se cayera por cada rejilla que pisara sin remedio... ¡tampoco iba a llegar muy lejos! Sin embargo, gracias a las rigorosas pruebas realizadas, Gomiluigi adquirió la capacidad de atravesar grietas y rejillas solo cuando sea necesario.
Además, con este nuevo nivel de viscosidad, Gomiluigi podrá encargarse de tareas que no requieran de mucho esfuerzo, como abrir cajones, aunque no podrá girar pomos ni abrir puertas. Ese tipo de cosas se le escapan, ¡je, je, je!
Llegados a este punto, creo necesario documentar los puntos débiles de Gomiluigi.
#1:
Se disuelve al entrar en contacto con agua o fuego. Cabe destacar que el contacto directo con H2O líquido produce esta reacción, pero no así el vapor de agua.
#2:
Pierde consistencia cuando recibe ataques fuertes. Aunque Gomiluigi puede resistir golpes físicos, no puede aguantar ataques repetidos ni muy contundentes.
#3:
No puede girar los pomos de las puertas, pero sí que es capaz de abrir cosas que requieran una fuerza mínima, como los cajones o los cofres.
Me encuentro agotado tras un experimento casi letal con el gominol. Creo que es hora de relajarme con un café de Verdestro mientras considero cuál será mi próximo experimento.
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