Ahora que Gomiluigi ha adoptado la apariencia de Luigi y puede manejar la Succionaentes, ha llegado la hora de realizar una prueba de campo. ¡A ver cómo se le da cazar fantasmas! El problema es encontrar un lugar adecuado para ello…
Si pretendo aprovechar la versatilidad del gominol para dotar a Gomiluigi con capacidades sobrehumanas, necesitaré una fuente de energía espectral que no esté presente en el Valle Sombrío. Enviar a Gomiluigi a otro lugar mataría dos pájaros de un tiro: aprendería el arte de cazar fantasmas... ¡y de paso me los traería! ¡Je, je, je!
¿Pero dónde podría cumplir ambos objetivos al mismo tiempo? Una vez más, la respuesta me vino a la mente tras degustar una taza de café de Verdestro: ¡la mansión en la que conocí a Luigi! En aquella época, estaba infestada de unos fantasmas curiosísimos. ¡No podría pedir un lugar mejor!
Lo malo es que la mansión se esfumó hace tiempo, así que Gomiluigi no podía ir allí como si nada. Por suerte, ¡ese problema tenía fácil solución! Bastaba con modificar el transpixelador para que pudiera conectarse al pasado. ¡Así de sencillo! Dicho y hecho. Después, solo tenía que contactar con mi yo del pasado y con Luigi para que me echaran una mano, ¡y enviarles a Gomiluigi!
Tras un tiempo, hice regresar a Gomiluigi para realizar varias comprobaciones… ¡y el resultado fue fascinante!
No solo había superado con creces todas las pruebas y desafíos que se había encontrado; ¡también había capturado una barbaridad de fantasmas!
Una vez añadidos todos esos fantasmas a mi colección y, tras preparar una taza de mi café favorito, se me empezaron a ocurrir mil ideas sobre las posibles interacciones entre la energía espectral y el gominol.
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