El videojuego original de Nintendo 3DS Guide: Louvre se ha podido alquilar en el museo desde el pasado mes de abril y ahora está disponible solo como descarga de pago. ¿Se han añadido algunas funciones?
En esta versión comercial pudimos incluir algunas cosas que se habían quedado fuera de la versión de guía para el museo. Habíamos creado un buen número de diversas funciones para la guía original, pero dado que los visitantes de los museos solo llevan esos dispositivos durante unas cuantas horas, creímos que era demasiada información para un período de tiempo tan corto.
Ese aspecto ya se había señalado durante el desarrollo y, de hecho, hubo un cambio de rumbo mediado el proyecto con el objetivo de crear un programa que se ciñese a ejercer de guía usándolo in situ. Por eso en la versión comercial hay funciones que no llegaron a incluirse en la versión disponible en el Louvre.
En efecto. En la versión descargable hay funciones tales como la creación automática de un itinerario para ti o hacer las veces de puesto de fotos con un reloj en donde se mostrarán fotos de las piezas expuestas y las obras de arte de forma aleatoria. También está la función de reproducir automáticamente toda la información de cada objeto, seleccionando y observando el que quieras. Vamos, que el producto final contiene grandes dosis de diversión.
Dicho de otra forma, no os dejasteis nada en el tintero.
Efectivamente. Si decides llevar este programa al museo, también puedes emplear la función de detección de ubicación instalada en todo el Louvre. También tenemos todo tipo de cosas para los niños, como el itinerario con preguntas. Para los que usen silla de ruedas, la guía puede mostrarles todas las rutas donde haya ascensores y elevadores. ¡Podrás disfrutar del Louvre durante días! (Risas)
Escuchar la guía mientras aprendes de todo es la mar de divertido, te apetece aprender más y más cosas.
Sí. Las explicaciones originales de la audioguía se hicieron en Francia, por lo que tienen un toque francés.
Sí.
Por ejemplo, comienza así: “Escucha atentamente. Acompasa tu ritmo al de mis pisadas”. Entonces se escucha el sonido de pisadas recorriendo el vestíbulo y, si logras hacerlas coincidir con las tuyas, llegas justo cuando terminan las pisadas. Lógicamente, la gente camina a diferentes velocidades, pero nos dijeron: “No descartéis esa parte” (risas).
Ah, así que esa parte era muy importante.
La traducción en la versión japonesa se centraba en reflejar fielmente y respetar las descripciones académicas originales, por lo que algunas partes suenan poco naturales. Pensamos en cambiar algunas de esas traducciones para que se entendiesen mejor en japonés, pero al final concedimos prioridad a sus traducciones, basadas en una perspectiva académica, cuando nos dijeron: “¡No podéis cambiarlo así, a la ligera!”. (Risas)
Vaya.
Como las explicaciones eran científicas, tendríamos que haber consultado con especialistas de ese campo y hacerles llegar cualquier cambio que hiciésemos para que lo volvieran a revisar. Pero para la versión descargable que estamos vendiendo en Japón, obtuvimos permiso para cambiar algunas de las explicaciones japonesas que solo se incluirán en la descarga.
Por cierto, ¿cómo hicisteis el escaneado en 3D que se emplea en las fotos tridimensionales de las estatuas?
Hay varios tipos de escáneres. La forma más sencilla, empleando la tecnología más puntera, consistía en usar un escáner portátil para escanear las estatuas. Para las de mayores dimensiones usamos una escalera de mano y realizamos el escaneo directamente sobre las estatuas. Entonces dotamos a los modelos de texturas para conformar un modelo en 3D idéntico al original. Los diseñadores de 3D acometieron la tarea de hacer que los modelos tridimensionales se correspondiesen a la perfección con las fotos del objeto real.
Pero estoy seguro de que también había obras difíciles de fotografiar, ¿no? Cosas que no podías mover o vitrinas que no podías retirar…
Tienes razón. No podíamos hacer fotos de objetos recluidos tras una vitrina, a no ser que la abriésemos. Pero hacer eso no es precisamente coser y cantar, porque incluso la humedad está regulada con tal de preservar las obras contenidas en el interior.
Y no querrías arriesgarte a romper algo sin querer.
Lo mismo sucede con las estatuas grandes: no quieres que se produzca ningún tipo de accidente. Lo que hicimos fue escanear una réplica a tamaño real modelada a partir del original y retocamos los detalles basándonos en la pieza real.
Ah, ya veo.
Sí. Los datos se usan en este programa, pero al tratarse de un modelo tridimensional, si ponemos el marco, podíamos hacer que, por ejemplo, una estatua de un guerrero blandiese su espada.
¿Cómo? ¿Puede blandir su espada?
No, no puedes hacerlo en el programa. Era mi intención, pero como era de esperar, nos dijeron que no. (Risas)
(Risas)
En realidad podríamos haber hecho que la Niké de Samotracia batiese las alas. Contamos con los materiales para hacerlo, siempre que tengamos el permiso del Louvre…
Cuando se llega a esos extremos, se parece a una película de Hollywood.
Me encantaría poder trabajar en ese tipo de movimientos algún día.
¡Es tu nueva ambición! (Risas)
Tengo tantas... Existen muchas teorías sobre los brazos que le faltan a la Venus de Milo23, ¿verdad? Pues yo dije: “Creémoslos todos”. Pero me dijeron que no, porque no disponían de pruebas concluyentes sobre cómo estaban los brazos. Me moría de ganas de hacerlo de forma que los brazos se generasen con tan solo pulsar un botón.23. Venus de Milo: una estatua de una mujer esculpida en la antigua Grecia. Abundan las teorías sobre los brazos que faltan. Uno de los mitos más extendidos es que estaba sosteniendo una manzana, y hay una reconstrucción cuya distribución ha alcanzado gran difusión. Según otras teorías, lo que sostenía en realidad era una corona, un escudo o un espejo.
“Hay esta teoría y esta y esta otra”. (Risas)
Hay muchas cosas de ese estilo que, en mi opinión, serían muy divertidas, pero al final hubo que encontrar el equilibrio entre dos enfoques: proteger y heredar la cultura contra hacer las cosas por el bien del entretenimiento. Al final no conseguí obtener la aprobación del Louvre. Pero mi próxima ambición es poder llegar hasta ahí. Quiero suscitar el interés de los visitantes.
Me encantaría ver todo lo que mencionas.
¿A que sí? Si me acerco al guerrero, me encantaría que sus ojos se fijasen en mí. Sería genial que se moviese. Siempre que dispongamos de los datos, podemos hacerlo si nos lo proponemos.
Esto... no, ¡en realidad no podemos! (Risas)
¡Estoy bromeando! (Risas)
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