El jugador se convierte en el alcalde, realiza obras públicas y establece normas y regulaciones. ¿De dónde venían estas ideas y cómo conseguisteis que funcionaran bien juntas?
Bueno... cuando yo llegaba a casa del trabajo, solía encontrarme con que Tom Nook había cerrado ya.
Seguro que ibas pensando en jugar a Animal Crossing después de un largo día de trabajo, y te llevabas una gran decepción al encontrarte la tienda cerrada.
Sí. Sé que muchos jugadores cambian el reloj del juego, pero a mí me parece una pena porque una de las mejores cosas de Animal Crossing es que el tiempo del juego está sincronizado con el del mudo real. Eso quiere decir que todos los que jugamos compartimos las mismas estaciones, estamos todos exactamente en el mismo momento en el tiempo. Y eso es algo que no cambiaríamos por nada.
Yo me preguntaba si no podíamos conseguir que el juego de alguna manera se ajustara a las circunstancias de todos los jugadores de forma que nadie tuviera que cambiar el reloj. Pero si todas las tiendas abrieran 24 horas al día, no habría diferencia alguna entre las actividades de día y las de noche y eso le quita toda la gracia a un juego como este. O dicho de otro modo: si vamos a prescindir del ciclo día y noche, apaga y vámonos. En cualquier caso, dejamos ese problema aparcado durante un tiempo y no volvimos a él hasta que surgió la idea de que el jugador fuera el alcalde. Como alcalde, el jugador podría utilizar su autoridad para ajustar los horarios de apertura al público a sus propios horarios.
Así que esta vez puedes ajustar las cosas a tu estilo de vida: las tiendas pueden abrir tempranito por la mañana o quedarse abiertas hasta tarde por la noche.
El alcalde tiene total autoridad para decidir sobre este tipo de cosas.
Solo que en el mundo real este tipo de directrices y normativas se aprueban en el ayuntamiento, ¡los alcaldes no deciden las cosas por su cuenta! (Risas)
¡Cierto, cierto! (Risas) ¡Y tampoco pagan las cosas con dinero de su bolsillo! (Risas)
¡Un momento! ¿El alcalde puede cambiar las normas, pero tiene que pagar las facturas?
¡Sí! (Risas) Tiene que recaudar fondos para obras públicas. Los animales que viven en el pueblo aportan pequeñas cantidades y sumando, sumando, acabas con mucho dinero en el bolsillo.
¿Así que usas literalmente el dinero de tu propio bolsillo para obras públicas?
¡Así es! (Risas)
Es que al oír términos como "alcalde" y "normativas", no he podido evitar pensar como pensaría en el mundo real. Pero claro, en el juego tiene sentido organizarlo así. Y la verdad es que una vez que decidisteis que el jugador fuera el alcalde, conseguisteis solucionar muchas cosas a la vez.
Efectivamente.
¿No creéis que algunos jugadores se resentirán del peso de la responsabilidad que viene con el cargo?
¡Qué va! ¡No tienen de qué preocuparse! (Risas) Aunque no cumplan con todas sus funciones como alcaldes, nadie se quejará.
No verán pancartas de protesta ni nada.
¿Así que no se mide el nivel de satisfacción?
No, no.
Al principio sí que tienes que superar un primer obstáculo, porque tienes que reunir el apoyo de los habitantes del pueblo para empezar a construirlo, pero una vez conseguido, ¡empieza tu vidorra de alcalde! (Risas)
Ahora que lo pienso, ¡tampoco es que el alcalde anterior dejara el listón muy alto! (Risas)
Bien dicho. (Risas) Basta pensar que estás sucediendo a Tórtimer en el cargo...
¡Y te relajas por completo! (Risas)
(Risas)
Pero cuando Eguchi probó el juego en las últimas etapas del desarrollo, dijo que no daba mucho la sensación de que de verdad fueras el alcalde.
Cierto. Dijo que a la hora de la verdad, tampoco era nada del otro mundo, así que decidimos añadir algunos elementos que ayudaran al jugador a sentirse más alcalde.
¿Qué quieres decir exactamente con "sentirse más alcalde"?
Pues por ejemplo, al principio del juego plantas un árbol en la Plaza. Es un evento que añadimos para aumentar esa sensación de que de eres importante.
Ah, entiendo. Así que el problema era que, aunque fueras el alcalde, no sentías que los demás te reconocieran como tal.
Eso es. Por poner otro ejemplo, al principio del desarrollo, cuando finalizaban las obras de un puente la cosa acababa ahí. Pero luego decidimos que se celebrara una ceremonia de inauguración.
Y en esa ceremonia hay petardos y todo, cosa que es muy satisfactoria.
Momentos como esos son los que de verdad te hacen sentir alcalde, y creo que fue todo un acierto incluirlos. No es que incluir estas cosas cambiara drásticamente el juego, pero...
Pero sí te da otra sensación diferente.
Así es. Ahora sí que te sientes todo un alcalde.
Por cierto, que también puedes negarte a organizar ceremonias.
Así es. (Risas) Cuando acabas una obra y vuelves a tu oficina, tu secretaria Canela te preguntará si quieres organizar una ceremonia.
Ah, cierto, que tienes una encantadora secretaria que te ayuda en todo.
Sí. Y te da la opción de seleccionar "No" y no celebrar nada. Claro que la pobre Canela se quedará tan triste, que te arrepentirás mucho de haber elegido "No".
Yo creo que los jugadores deberían negarse al menos una vez a celebrar una obra, ¡para ver en persona de qué hablamos!
(Risas)
En el juego tenéis personajes simpáticos, como Canela, pero también vuelven algunos como nuestro viejo amigo Rese T. , que emerge de la tierra cuando reseteas el juego.
Sí. No sabíamos muy bien qué hacer con él, porque es un personaje polémico. Hay gente a la que le encanta, por supuesto, pero hay a quien no le gusta que le griten tan a lo bestia.
Por lo visto disgusta a las jugadoras más jóvenes en especial. He oído que ha habido alguna que ha llegado a echarse a llorar.
Así es. Por eso al principio no estábamos muy seguros de si debíamos o no incluir el Centro de Vigilancia de Reseteos. Pero más o menos por las fechas en las que debatíamos la cuestión, la revisión de cuentas del presupuesto del gobierno japonés estaba recibiendo mucha atención de los medios, así que al final decidimos que el departamento de Rese T. pasara también por el proceso de revisión. (Risas)
Oí que un miembro de la asamblea que realizaba la revisión preguntó a Rese T.: "¿Es esto realmente necesario? ¿No podemos resetear sin más?” y que al final, se eliminó. (Risas)
(Nota del editor: esto es una parodia de acontecimientos reales relacionados con el gobierno japonés, pero en versión "Animal Crossing".)
¡No me lo puedo creer! (Risas)
Bueno, al final dejamos el Centro de Vigilancia de Reseteos como organismo público, así que es el alcalde el que tiene que decidir si quiere o no tenerlo.
¿Pero creéis que alguien va a tomarse la molestia de construir un Centro de Vigilancia de Reseteos?
¡Desde luego! ¡Todo el que quiera ver a Rese T.! (Risas)
Porque a algunos les gusta provocarlo, ¿eh? (Risas)
Sí. Y además hay cosas en el juego que no conseguirás ver a no ser que construyas un Centro de Vigilancia de Reseteos.
Invertimos mucho trabajo en el interior del centro, hay incluso un momento en el que el jugador tendrá un micrófono en la mano...
¡Así que no deberíais renunciar al centro sin pensarlo mucho!
(Risas)
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