Nagamatsu, ¿hay alguna canción que te guste tanto como “Selector” a Yokota?
Si tuviera que elegir una canción de este CD, elegiría el Tema base de Super Mario World . Recuerdo que lo empecé a tocar al piano al poco de aficionarme a la música. Hay que mover los dedos de ambas manos muy rápido y es divertido, así que disfrutaba tocando esa canción.
¿Influyeron los videojuegos en tu afición por la música?
Sí. Fueron muy importantes.
Porque tú eres de la generación de la NES, ¿no?
Ya de niño, me gustaba muchísimo la música de los videojuegos, pero la verdad es que quería componer música para el cine. Sin embargo, cuando estaba estudiando, mucha gente me decía que todas las canciones que componía eran perfectas para los videojuegos. De esa forma, me di cuenta de que los videojuegos han debido de influenciarme bastante.
No sé si es la forma más adecuada de decirlo, pero Kondo tiene la culpa.
(Risas)
¡No! ¡Si tendría que darle las gracias! (Risas)
¡Sí, supongo que esa es una forma mucho más adecuada de decirlo! (Risas)
Nagamatsu, ¿cuándo fue... Uy, si aquí no soy yo el que pregunta. (Risas)
“Yokota pregunta.” (Risas)
Perdón. (Risas)
¡No! ¡Adelante!
Nagamatsu, me interesaría saber qué edad tenías cuando empezaste a fijarte en la música de los videojuegos.
Unos nueve o diez años. Empecé a jugar a la NES a los dos años.
¿Qué? ¡Es imposible jugar con solo dos años!
No. Me han dicho que jugaba de vez en cuando. A los dos años.
¿En qué año naciste?
En 1982.
Naciste un año antes de que saliera a la venta la NES. Si empezaste a jugar a los dos años, fue un año después de que saliera la NES. Estaba empezando a hablarse de ella. Y cuando tenías tres años, salió Super Mario.
Sí. Hubo un tiempo en que en los hoteles, tenían Super Mario Bros.* Yo jugaba y la gente se ponía a mi alrededor para verme jugar. *En esa época, muchos hoteles japoneses tenían Super Mario Bros. en la sala de juegos.
¿Porque eras muy bueno?
Sí, porque me pasaba el día jugando.
¿Y qué años tenías por aquel entonces?
Creo que cuatro o cinco.
Cuatro o cinco. ¿Ya a esa edad eras tan bueno que la gente se paraba a mirar cómo jugabas? (Risas)
Sí. (Risas)
La gente se ponía a tu alrededor a ver cómo jugabas a Super Mario cuando tenías cinco años y cuando tenías diez, empezaste a pensar en cómo se hace la música de los videojuegos.
Sí. Quería tocar la canción Tema base de Super Mario, pero es muy difícil tocarla al piano. Aprendí a tocar el piano por mi cuenta, así que tocaba de oído. Sin embargo, no era capaz de captar las notas de ese tema porque la clave cambia muchas veces. La primera canción que pude sacar de oído fue una de Super Mario World. Por eso me gusta tanto y disfruto tanto tocándola.
Si no te hubiera parecido divertido tocarla, es posible que no estuvieras hoy aquí.
Es posible. (Risas) Aún la toco muchas veces.
Yo también la toco muchas veces. Creo que todas las personas que se dedican a esta profesión aprenden a tocar de oído las canciones que le gustan. Cuando escuchas un tema que te gusta de verdad, te apetece tocarlo a tu manera, aunque no sea más que una parte.
Así de sencillo: las personas como vosotros, Yokota y Nagamatsu, aprenden a tocar la música de los videojuegos por su cuenta y al final, se convierten en compositores de bandas sonoras para videojuegos. Cuando algún niño escuche vuestras canciones, seguirá vuestros pasos y acabará metido en este mundillo.
Sería genial. Sin embargo, mis composiciones son orquestales, así que es un poquito difícil sacarlas a oído.
Supongo que antes era más sencillo, porque la NES no tenía muchos sonidos.
Claro. Las canciones de aquella época solo podían componerse de tres sonidos simultáneos. Se podía reproducir bastante bien a dos manos. Podías contarles a tus amigos que sabías tocar el tema de Mario, se lo demostrabas y te convertías en el ídolo de un pequeño grupo de gente.
¿Lo tocabas en el colegio?
Sí.
¿Y todo el mundo se paraba a escucharte?
Sí.
(Aplaude) ¡Qué maravilla, el “amigo Yokota”!
(Risas)
En primaria, a todo el mundo le gustaba más que tocaras al piano música de videojuegos que música clásica.
Alguna vez me han contado algo parecido. Un amigo mío, que es algo más joven que yo, estudió en el conservatorio. Cuando era profesor de prácticas de Música, les tocaba a sus alumnos temas de los videojuegos. Les interesaba muchísimo y la distancia que separa a profesor y alumno se reducía drásticamente.
¡Sé perfectamente lo que quieres decir! (Risas)
Una vez que fui a Estados Unidos, conocí a un japonés que estaba recorriendo el mundo. Me contó que fuera donde fuera, si tocaba los temas de los juegos de Mario, todo el mundo los reconocía, y que así hacía muchos amigos. A mí me alegró de verdad.
Vaya... Supongo que mucha gente del mundo entero escucha la música de los juegos de Mario a todas horas. Cuando juegas a un videojuego, oyes una música continuamente, porque se repite. Normalmente, por mucho que te guste una canción, si la escuchas sin parar, te acabas hartando de ella.
Sí.
¿Por qué no te pasa lo mismo con la música de los videojuegos?
Es difícil explicarlo, pero yo procuro componer música que se pueda escuchar una y otra vez sin hartarse. Cuando creo que ya la he terminado, hago así... (Cierra los ojos y se apoya en el respaldo de la silla), y la escucho durante varias horas seguidas. Algunas veces, hasta bailo al ritmo de la música.
¡Hala!
La escuchas sin parar durante horas.
Sí.
Y cuando la puedes soportar durante varias horas seguidas, por lo que a ti respecta, está lista.
Exacto. Y si no soy capaz, sé que algo está mal.
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