Señor Totaka, cuando te convertiste en el director, debiste de probar alguna de tus ideas. Después, ¿viste claramente cómo iba a ser el juego?
No, en absoluto.
¿Te acuerdas de cuál fue el punto de inflexión?
Cuando nos olvidamos de las notas musicales. Tocar sin partitura en la pantalla era una maravilla.
Con "partitura", te refieres a indicaciones, como las de otros juegos musicales, referentes al ritmo correcto. Eliminarlas es una decisión bastante drástica. ¿Por qué la tomasteis?
Bueno, estuve jugando a varios juegos de música en modo multijugador con otros compañeros y me di cuenta de que no nos escuchábamos los unos a los otros en ningún momento.
Porque estabais centrados en la partitura. (Risas)
Cierto. Estábamos obsesionados con pulsar botones.
Tú, que eres músico, no te diverías con la música, ¿verdad?
No, en absoluto. Cuando toco algún instrumento en mi tiempo libre, lo divertido es dejarme llevar. Sin embargo, al jugar no sentía esa sensación porque mi objetivo era seguir la partitura.También me pasa eso cuando toco un instrumento real. Si me centro en la partitura, no me siento liberado. Es muchísimo más divertido aprenderte lo esencial de la partitura y después, dejarte llevar.
Ya. Por eso quitasteis las anotaciones musicales. ¿Todo el mundo estuvo de acuerdo desde el principio?
No. (Risas)
Yo me opuse y luché con uñas y dientes. (Risas)
¿En serio? ¡Ah, ya sé por qué! No podías concebir un juego de música que no tuviera una guía de algún tipo.
Así es. Los que saben de música, como el señor Totaka, tienen sentido del ritmo y controlan el paso del tiempo, así que les da lo mismo tener o no partitura, pero los que, como yo, no sabían ni tocar la flauta en el colegio, no tienen ni idea de qué o cuándo tienen que hacer las cosas si careen de indicaciones.
Ah, entonces conocimientos de música...
No tengo ninguno.
Ni el más mínimo.
¡Sabe menos que yo aún!
Qué gracia. (Risas) ¡El equipo contaba con un músico profesional y alguien que no sabía casi nada de música!
Por eso me opuse durante mucho tiempo a eliminar la partitura.
Sí, durante mucho tiempo. (Risas)
Mientras ellos discutían sobre la partitura, ¿qué estabas haciendo tú, señor Wada?
Nada de nada.
¡Ey! ¡Eso no está bien! (Risas)
Cuando plantearon el tema de la partitura, yo dije que no había estudiado Música, pero que podía arreglármelas. No se me daba de miedo, pero...
¿Eres hábil? ¿Por eso podías arreglártelas?
Es posible. Evidentemente, el juego aún no estaba pulido y no era tan sencillo como ahora jugar, pero yo soy de los que disfruta dándolo todo cuando encuentra dificultades, así que me divertía bastante. En cambio, a Morii se le daba de pena.
Era muy triste. (Risas)
(Risas)
Por eso era la persona perfecta para decirnos qué problemas se iban a encontrar los jugadores como él. Muchas de las opciones del juego estaban en sus manos.
¿Podéis ponerme algún ejemplo?
Las Clases, por ejemplo.
Sí.
Pedí al equipo que diseñara las clases de tal modo que dando un mínimo y ensayando, se pudiera tocar algo decente. Así, hasta las personas como yo podríamos sentir la música como la sienten las personas como el señor Totaka.
Al principio, grabaste una canción, ¿verdad?
Eh, sí. Así es. (Risas)
Algo en plan jazz.
Alguien le dijo: "Oye, ¿por qué no intentas hacer esto" y siguiendo las clases, fue capaz de hacerlo y de darle su toque personal. Estaba como loco de alegría y gritaba: "¡Lo he conseguido!".
Se lo reproduje a todo el mundo.
¡Sí! ¡Es verdad!
Después de ver un fragmento que había hecho el señor Totaka, yo también quise hacerlo. Le pregunté al señor Hikino, el subdirector, cómo podía hacer algo así, algo tipo jazz. Me dijo que tenía que preparar cada parte por separado, que luego, junto, quedaría bien.
Entonces, la actuación que montaste era de jazz.
¡Sí! (Risas) Me puse loco de contento e iba presumiendo ante todo el mundo. Decía: "¡Mirad esto!". (Risas)
Es verdad. (Risas) A mí también me la puso y sonaba bien.
¿Ves? A todo el mundo le encantó.
Una persona que no sabe nada de música fue capaz de grabar un jazz. Sentía que había logrado algo increíble y a todos los que lo escucharon les pareció muy bien.
A mí me sorprendió.
A mí también. Técnicamente no era perfecto. Sonaba diferente, misterioso...
Tenía un toque humano.
Así es.
A partir de ahí, empezaron a surgir muchísimas ideas. Dijimos: "¡Vamos a incluir distintos géneros! ¡Si te aprendes esto, podrás tocar jazz! ¡Si haces esto otro, un tango! ¿A qué sería muy divertida esa opción?".
Empezamos a avanzar de verdad.
¿De repente?
Sí. Después, de repente, lo teníamos.
El señor Totaka tuvo un arranque creativo y terminó un montón de géneros.
¡Y todo se lo debemos a la primera actuación de Morii!
Entonces, fue bueno que el equipo no estuviera formado únicamente de personas con aptitudes para la música.
Sin duda, aunque a veces sus carencias eran terribles. ¡En algunas ocasiones, no me podía creer las cosas que no sabía! (Risas)
Preguntaba constantemente qué era un compás. (Risas)(Iwata ríe)
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