El Super Mario original salió a la luz antes de que vosotros empezaseis a trabajar en Nintendo. Eguchi, ¿jugabas a Mario cuando eras un estudiante?
De hecho... no. Cuando me uní a Nintendo, pase a residir en una vivienda propiedad de la empresa. En una ocasión fui a la habitación de un compañero a pasar el rato, y resultó que tenía una Famicom. Esa fue la primera vez que jugué en esa consola.
¿De verdad? ¿Te incorporaste a Nintendo un año después del lanzamiento de Super Mario pero no conocías la Famicom?
Bueno, sabía que existía o algo así, pero... (Risas) Eso sí, había jugado a la Game & Watch cuando iba a la escuela.
Así que al menos sabías que Nintendo era una empresa que se dedicaba a los videojuegos.
Sí. Y conocía el nombre Nintendo, como patrocinador de programas de televisión, así que imaginé que se trataba de una empresa como Dios manda.
(Risas) Bueno en 1986, la velocidad a la que se difundía la información no era la misma que ahora...
No había internet.
La Famicom salió a la venta en 1983, pero no se ganó el favor del público general hasta alrededor de 1986. De igual forma, pasó cierto tiempo desde el lanzamiento de Super Mario hasta que el mundo reconoció su valor. Ahora, cuando un videojuego muy esperado sale a la venta, hay colas en las tiendas, pero en aquellos días las cosas no eran así.
Así es.
¿Y tú, Konno?
Al contrario que Eguchi, yo jugaba a Super Mario todo el tiempo. Siempre me había gustado el juego Donkey Kong 19 para recreativa. Metía dinero y jugaba durante horas. Cuando me enteré de que podía jugar a ese juego en la Famicom, aluciné. 19Donkey Kong: un juego de acción para recreativas que data de 1981. La versión para la Famicom salió a la luz a la vez que la consola en julio de 1983 en Japón.
Así que podías jugar en casa todo lo que quisieras sin tener que meter 100 yenes en la máquina.
Así es. Y el precio de venta recomendado para la Famicom era de solo 14 800 yenes. Por aquel entonces, me encantaba trastear con microordenadores y ordenadores personales que costaban unos 300 000 o 400 000 yenes, y la Famicom era una máquina similar o mejor...
Sí. Al menos, en lo que se refiere a los juegos, era definitivamente mejor.
Así que era posible usar algo mejor en mi propia casa. Quería comprar una Famicom, por lo que hablé con mi profesor en la escuela.
¿Hablaste con tu profesor?
Pertenecía a una especie de club informático. Cuando la Famicom salió a la venta, nuestro profesor me pidió que fuese a echarle un vistazo, así que acudí a un gran supermercado. Estaba algo rebajada y costaba 12 800 yenes, ¡pero yo creía que el precio original de la Famicom era de 128 000 yenes! (Risas)
¡¿Tanto?!
En la escuela, habíamos estado utilizando máquinas que costaban de 400 000 a 500 000 yenes, así que creía que un ordenador tenía que costar de cientos a miles de yenes.
(Risas)
Volví directo al colegio y le dije a mi profesor que la estaban vendiendo a un precio súper rebajado. Así que decidimos comprar una. Y luego, al examinar la consola, nos dimos cuenta de que sus prestaciones eran muchas.
Incluso cuando se la compara con las mejores consolas de sobremesa existentes en esa época, la Famicom destaca por su precio y rendimiento.
En efecto. Era soberbia. No salía de mi asombro al pensar que una máquina que te permitía jugar a Donkey Kong estuviera rebajada a algo más de diez mil yenes. Poco después, compré mi propia Famicom. Entonces, los botones eran cuadrados .
El primer modelo.
Sí. ¡Estaba tan orgulloso de ello! (Risas) Entonces llegó Super Mario y lo compré inmediatamente. Avanzaba hacia delante y de lado, lo que suponía una emoción hasta entonces desconocida en los juegos para la Famicom.
Te parecía que el horizonte se expandía.
Sí. Estaba realmente asombrado.
Y tú, Kimura, ¿habías jugado a Mario antes de unirte a Nintendo?
Sí. Durante el ‘boom’ de la Famicom estaba en la universidad. Un día, mi hermana mayor trajo a casa una Famicom con el juego Super Mario. Yo ya conocía a Mario, gracias a la versión de Mario Bros. para máquinas recreativas 20. 20MMario Bros.: un juego de acción que apareció en las máquinas recreativas en 1983 y que fue lanzado ese mismo año en septiembre para la consola Famicom.
Vaya, ¿así que jugaste a Mario Bros. en las salas de juegos antes de que el juego llegara a la Famicom?
Así es. Creí que Super Mario sería la misma clase de juego, pero cuando lo probé, me quedé muy sorprendido. Como decía Konno, me sumergí del todo en el juego gracias a la manera en que avanza lateralmente y van apareciendo nuevos decorados y enemigos. Entonces no era muy bueno en los juegos de acción, así que tuve que repetir en numerosas ocasiones los Mundos 1-1 y 1-2.
No podías pasar de ahí.
No. No conseguía llegar hasta el final.
Ya veo. ¡Resulta gracioso que alguien que tuvo que repetir los Mundos 1-1 y 1-2 acabara siendo el productor de New Mario! (Risas)
Sí. (Risas)
Koizumi, tú debías estar en el instituto más o menos cuando Super Mario salió a la luz...
Así es.
¿Jugabas a Super Mario?
No, conocía la Famicom y mis amigos estaban obsesionados con ella, pero a mí me iban más las películas y no tuve casi oportunidades de jugar a la Famicom. En la universidad, pude jugar a The Lost Levels21 en la Famicom Disk System, pero me pareció muy difícil y pensé: “No hay manera de que yo pueda conseguir esto...”. 21Super Mario Bros.: The Lost Levels: un juego de acción para la Famicom Disk System en junio de 1986 en Japón.
¿Tu primer encuentro con Mario fue en The Lost Levels?
Sí. Me adentré directamente en The Lost Levels.
¡Qué locura! (Risas)
(Risas)
Sabía lo popular que era Mario y decidí probarlo, pero me pareció tan difícil... (Risas)
Cualquiera que comenzara con The Lost Levels se llevaría esa impresión. Quiero decir: se creó para que fuese una versión avanzada de Super Mario.
Como no había manera de conseguir superar el juego, decidí comprarme y jugar The Legend of Zelda 22 en su lugar. 22The Legend of Zelda: un juego de acción y aventura que salió a la venta a la vez que la Famicom Disk System en febrero de 1986 en Japón.
(Risas) Por cierto, Kimura, ¿has conseguido terminar Super Mario desde que te incorporaste a Nintendo?
¡Afortunadamente sí! (Risas) En el colegio, me encantaban los juegos de rol y terminé algunos, pero Mario es un juego de acción muy diferente a los juegos de rol, porque no puedes avanzar simplemente invirtiendo tiempo en el juego para conseguir experiencia y hacerte más fuerte. Así que me hizo muy feliz ponerme a ello y conseguir superarlo.
En el caso de las recreativas, prácticamente no había juegos de acción que tuvieran un final.
Es verdad, cuanto más mejorabas, más tiempo podías pasar jugando.
Se trataba de ver lo lejos que podías llegar mientras tuvieses determinación y resistencia. Yo también formo parte de la generación de las recreativas, por eso no esperaba que los juegos para consola tuviesen un final. Entonces jugué a Super Mario, y al final aparecen las palabras “Thank you, Mario!” (Gracias, Mario), y pensé: “¿Qué? ¿Se ha acabado?”.
(Risas)
Fue toda una sorpresa.
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