2. Aprendiz de un niño del barrio
Yoshida, ¿tienes algún recuerdo en particular que compartir, además de la anécdota sobre entrar a hurtadillas en la habitación de tu hermano?
En el anuncio de televisión de Super Mario 64, Mario agarra la cola de Bowser y lo zarandea en círculos . Cuando lo vi, me dije: “¡Tengo que comprarme una Nintendo 64!”.
Uno de los eslóganes era “Change the System (‘cambia el sistema/consola’)”. ¿Por qué eso te llevaba a pensar que querías comprar una Nintendo 64?
En las películas de monstruos con efectos especiales, Ultraman, por ejemplo, agarraba a un monstruo por la cola, lo zarandeaba en círculos y lo lanzaba por los aires. Quería hacerlo yo mismo.
¡Ah, ya veo! (Risas)
Ahorré dinero, me compré Super Mario 64 y seguí jugando incluso un buen tiempo después de haberlo terminado. Cuando me incorporé a Nintendo me encargaron la programación de Bowser para New Super Mario Bros. Wii: tenía que pellizcarme para creerlo.
Nunca te habías imaginado que tú mismo, el que siempre había querido zarandear a Bowser por la cola, lo estaría programando.
Sí. Estaba eufórico y me metí de lleno en la programación.
Matsuura, tus padres no te compraron una Super Famicom porque ya tenías una Famicom. ¿Tienes alguna otra anécdota que compartir?
Solo jugué a la Famicom hasta el instituto. El título al que más jugué fue Super Mario Bros. 3. Lo hacía junto a mi hermana mayor, y me encantaba teletransportarme.
¿A través de las tuberías?
Sí, pero también con la flauta.
¡Ah, es verdad! ¡También podías teletransportarte con las flautas!
Un chico mayor del barrio me dijo dónde estaban escondidas.
¿Un chico del barrio mayor que tú? ¿Literalmente un chico mayor que vivía precisamente en tu barrio? (Risas)
Sí (firme). La verdad es que ese chico lo sabía todo.
(Risas)
Me lo contó todo sobre Super Mario Bros. 3, como por ejemplo el paradero de las monedas y vidas extra.
Cuando eres un niño, alguien así es digno de tu admiración.
Sin duda, lo idolatraba. Me reveló el escondite de las flautas y jugué tal y como me dijo. Hasta el día de hoy, nunca he jugado sin teletransportarme.
¡No me digas! (Risas)
En el Mundo 1 puedes conseguir dos flautas. Si usas ambas consecutivamente, puedes acceder directamente al Mundo 8 desde el Mundo 1. Pero no había pasado por los Mundos del 2 al 7, ¡así que no podía pasarme el Mundo 8 ni de broma!
No estoy seguro de lo acertado que resulta eso (risas), ¡pero lo cierto es que ese chico del barrio te enseñó sin duda una forma de jugar impresionante!
Por eso sentía que me perdía algo al no teletransportarme. Sin embargo, en el Mundo 8 aparece un acorazado inmediatamente, y es realmente difícil.
Por supuesto, los Mundos 7 y 8 son para gente que ha pulido sus destrezas practicando en los Mundos 2, 3, 4 y 5.
Comenzaba a jugar los domingos por la mañana y no paraba hasta que llegaba a la fase 8-2, pero entonces mi madre exclamaba: “Es hora de comer, ¡deja ya de jugar!”. Pasaba casi cada semana.
Es decir, mientras que Amano podía afirmar “déjame el Mundo 1 a mí” (risas), tu especialización era el Mundo 8-1 de Super Mario Bros. 3.
Sí. (Risas) Por lo que respecta a la primera parte del Mundo 8... ¡dejádmelo a mí!
(Risas)
No conseguía pasar el Super Mario Bros. 3 en la Famicom, pero cuando salió Super Mario All-Stars8, jugaba en casa de mi prima, y lo hice hasta el final por primera vez. Eso se debía a que con la Super Famicom podías grabar tus progresos. 8Super Mario All-Stars: lanzado para la consola Super Famicom en julio de 1993 en Japón. Incluye cuatro juegos: Super Mario Bros., Super Mario Bros. 2, Super Mario Bros. 3 y Super Mario Bros.: The Lost Levels.
Ah, ya veo. No podías guardar cuando salió Super Mario Bros. 3, de modo que la logística de la partida era en cierta manera diferente.
Creo que esa es otra de las razones por las que utilizaba la teletransportación. Solo podía estar jugando durante un tiempo. No importa lo que me esforzase en explicarle a mi madre lo duro que había sido llegar hasta ese punto, nunca se dignaba a escuchar.
(Risas) De modo que cuando ya estabas a punto de conseguirlo, tenías que apagar, ¡con lo cual echabas por la borda todo lo conseguido! (Risas)
¡Sí! Cuando me pedía que apagase la consola, lo hacía prácticamente llorando. Posteriormente, cuando salió Super Mario 64 yo estaba en el instituto y lo jugué a más no poder, incluso después de haber conseguido 120 estrellas. El mero hecho de mover a Mario ya era divertido. Por ejemplo, ¡me limitaba a brincar por el jardín del Castillo de Peach durante una hora!
¡Yo también! (Risas)
Trataba de ver cuántos saltos largos conseguía encadenar y probar trucos especiales recogidos en las revistas de videojuegos, como escalar el Castillo de Peach sin estrellas.
Yo también lo intenté. Una vez recogidas las 120 estrellas, aparecía un cañón en el jardín que te disparaba hasta el tejado, en donde podías encontrarte con Yoshi, pero había un modo de hacerlo sin ninguna estrella. Por más veces que lo intenté, nunca lo conseguí.
Ah, de modo que se hace así...
(Risas)
Pero es realmente complicado. Lo intenté durante unas dos horas antes de conseguirlo.
Pero lo lograste. ¡Impresionante!
Pero incluso haciendo todo eso y subiendo al castillo, Yoshi no estaba ahí. ¡Solo había tres champiñones de vida extra!
(Risas)
Se podría decir que no estaría aquí de no ser por Super Mario 64. Tal era mi devoción.
Ya veo. ¡Vaya conversación más exhaustiva! (Risas) ¿Qué me dices de ti, Fujii? Puedes opinar desde tu punto de vista como miembro de la galería de observadores, si así lo prefieres.
Era una jugadora realmente mala y no podía hacer nada asombroso como Matsuura, por lo que me dedicaba a ver jugar a los demás la mayor parte del tiempo. Cuando jugaba con los amigos del barrio, siempre había alguien al que se le daban muy bien los videojuegos.
Es el ídolo de cualquier persona.
Sí. Esa persona tenía un sinfín de juegos, incluyendo todos los Super Mario Bros. hasta entonces. Fui muy a menudo a casa de esa persona, observaba partidas impresionantes y me atiborraba de tentempiés todo el rato.
(Risas)
Así era yo. Me topé con un muro a mitad del Super Mario Bros. original y no lo podía terminar. Pero cuando salió Super Mario 64, le di duro con mi hermano y derroté al Bowser del final. Ha sido el único juego de la serie de Mario que he terminado.
¿Fue emocionante conseguirlo?
Sí, mucho.
Al no estar acostumbrada a llegar al final, tiene que haber supuesto una alegría inmensa. Me imagino que serías diez veces más feliz que alguien que siempre lo alcanza. (Risas)
Si, ¡lo recuerdo como si fuese ayer! (Risas) Cuando salió Super Mario 64, lo jugué un poco más crecidita, y recuerdo que lo hice tanto como pude. Matsuura mencionó anteriormente los saltos alrededor del Castillo de Peach, y a mí me pasaba lo mismo. No hacía nada en especial. Me divertía horrores con tan solo corretear por ahí.
Mucha gente dijo que se lo pasaba en grande con Super Mario 64, independientemente del objetivo de terminar el juego.
Estoy de acuerdo. Sentías como si estuvieras dentro del mundo del juego con tan solo corretear por él, de modo que jugaba una y otra vez al mismo mundo limitándome a caminar por ahí.
¿Te deslizaste por el tobogán helado una y otra vez?
Sí. Por mucho que lo intentaba, me caía por el camino. (Risas)
Entonces seguro que recuerdas ese tema del CD con la banda sonora de la historia de Mario .
¡Por supuesto! ¡Lo escuché infinidad de veces! (Risas)